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Pedro estaba sumido en un sueño profundo, o quizás no tanto. Lo que es un hecho, es que algo que hace tiempo venía surgiendo en lo más profundo de sí despertó.
Pedro a duras penas se incorporó en su cama. Se sintió mareado, perdido, desconcertado. Como podía ser que se hubiera despertado así, de súbito, en el medio de la noche. ¡Con lo que a el le gustaba dormir! Más que gustaba, era una especie de necesidad. Pedro estaba cansado todo el tiempo, no importa cuanto durmiera, no importa si solo había estado despierto 3 o 4 horas, en cuanto quería hacer algo el sueño lo envolvía, lo atrapaba, lo seducía. El no tenía otra opción que ceder, estaba demasiado cansado de no hacer nada. Porque no hacer nada es algo que cansa.
Pero esta vez era distinto, se sentía distinto. En vez de recostarse otra vez Pedro se quedo sentado, meditando sobre lo que le estaba ocurriendo. Enseguida se dio cuenta que no quería meditar mas, quería hacer. Hacer cosas, lo que fuere que se le viniera a la cabeza, por más tonto que pareciera, por mas inservible, por mas infantil que fuera. Tenía inquietudes, tenia deseos y estaban insatisfechos. Se preparo mentalmente para ponerse de pie y empezar a vivir su vida. Junto fuerzas para salir de esa cama que intentaba succionarlo, sabía que le sobraban, estaba listo para escapar, y en ese preciso instante dudó.
La duda lo llevo a mirar atrás, hacia el lugar donde había desperdiciado tantas horas no viviendo su vida. Fue ahí cuando lo vio, o mejor dicho, cuando se vio. Estaba allí, acostado en su cama, durmiendo, como siempre. ¿Pero como podía ser? A su vez estaba a su lado, sentado, contemplándose dormir. Pedro se había desdoblado.
Acostado estaba el Pedro del pasado, el que había pasado todos esos años fantaseando con hacer millones de cosas pero no había hecho ninguna. Sentado junto a él estaba el nuevo Pedro, el que estaba listo para hacer todos esos sueños realidad. Pedro se dijo a si mismo: “Ahora más que nunca es mi oportunidad de vivir, lo único que tengo que hacer es caminar, y caminando, paso a paso voy a recorrer el mundo”
Pero lo que en un principio había sido una simple duda se transformo en una verdadera preocupación. ¿En verdad podría hacer todo eso? Pedro quiso mover sus piernas pero nada ocurrió. No solo no podía moverlas, no podía sentirlas. Lo intento de nuevo y nada. Su angustia comenzó a crecer exponencialmente, la garganta se le cerró, no podía respirar. Con un fuerte graznido Pedro se desplomo sobre Pedro. Donde en un momento hubo dos volvió a haber uno.
Pedro estaba sumido en un sueño profundo, no había duda.

Nota: Este es el primer cuento que escribí. El cuento surgió a partir de un sueño lucido y mi posterior reflexión sobre el mismo. En el momento sentí que debía transformarlo en un cuento y no pude volver a dormir hasta hacerlo. Fue escrito a las 4 de la mañana un día de semana. Tiene varios errores y cosas que se podrían reescribir, pero por alguna razón no me atreví a modificarlo. Espero que les guste.

Amar, ¿Que es sentir amor por alguien? ¿ Como nos damos cuenta cuando estamos enamorados de alguien? Todo el tiempo buscamos amar y ser amados por alguien, sentirnos importantes e indispensables para otra persona. Queremos y buscamos llamar la atención de ese persona que tanto nos importa, muchas veces lo hacemos de mala manera con total de que ese chico/a sepa que estamos ahí gritando a todo pulmón: MIRAME, ESCUCHAME, QUEREME.

Cuando vemos que no nos registran o si lo hacen no es de la forma que nosotros necesitamos se nos parte el corazón. Todo lo que hicimos o hacemos por esa persona fue y es en vano. O muchas veces descubrimos la verdadera personalidad de la otra persona y entonces nos damos cuenta de la idealización que nos creamos dándonos cuenta que lo que nosotros veíamos del otro estaba muy lejos de la realidad. Hasta nosotros mismo mostramos una cara que nos conviene para gustarle a esa persona y llegamos a construir una personalidad que no existe.

¿Cuantas veces dijimos no me enamoro nunca mas? El amor no sirve para nada mas que para hacerte sufrir e ilusionar con un mundo que no existe. Pero desde mi humilde forma de ver las cosas creo que esta bueno enamorarse, ilusionarse, perder el miedo al rechazo, arriesgarse. Decirle a esa persona lo que sentís ya que mas que un NO no vas a recibir. Dejemos de generalizar y creer que todos son iguales y busquemos a esa persona distinta, especial que encaja perfectamente con nosotros.

Fiorito Luisa Comisión 62

Querido Dios,
Hace mucho que te llamo pero no atiende nadie el telefono. Me parece raro debo tener mal tu telefono por eso pense que mejor te escribia una carta y te la mando por correo. Espero tener bien la direccion:

El portal de las Nubes
Reja Dorada
El Cielo

Mama me enseño a poner el remitente asi que seguro que me vas a poder contestar. Nunca recibi una carta. Igual no te escribo para recibir una carta… te escribo porque te quiero pedir algunas cosas ahora que se acerca Navidad. Bueno faltan 6 meses en realidad pero como papa me dijo que rece por ella te quiero pedir ahora.
Estos ultimos meses me estuve portando muy bien porque pense que asi Papa Noel cumplia con darme el regalo que yo mas quiero. Me costo mucho dejar de lado la bici porque de verdad queria la bici pero me di cuenta de que este otro regalo es mucho mas importante. Igual Juan me dijo que Papa Noel no existe que el tio Miguel siempre se disfraza de el y por eso desaparece justo cuando llega. Yo siempre pensaba que algo le caia mal a la panza y se iba corriendo al baño por eso no lo veiamos y siempre se perdia la visita de Papa Noel. Al principio me re enoje con Juan pero despues pense y bueno sera mejor asi le pido directamente a Dios.

Te prometo que me vengo portando re bien. El otro día la señorita me puso dos estrellas plateadas al lado del nombre y me saque un 10 en la prueba de ingles. Ya se que no trate muy bien a Timoteo pero el me estaba molestando, te juro que yo no empece!

Bueno Dios, te quiero pedir por mama. Te quiero pedir que la recibas en tu casa, que le prepares comida rica, que la abraces, que le mandes un beso de mi parte, que la reunas con el abuelo, que la dejes bajar a visitarme. Si no lo haces, me voy a poner muy muy mal y si si lo haces, papa va a dejar de llorar y eso me va a poner muy muy feliz.
Te mando un saludote desde la tierra. Te quiero
Anita

PD: Si le podes pedir a Miguel que me traiga la bici tambien mucho mejor.

CLEMENTINA

aclaración: quité todas las tildes y los signos de puntuación (especialmente muchas comas) que había puesto en un principio para que fuera más creíble que la que escribía la carta era una niña.

Crecer, madurar, aprender de los errores, aceptar las diferencias. Que difícil que se hace. Cuando uno es chico, que no entiende o a veces no quiere entender las cosas. Cuando no se tiene responsabilidades ni obligaciones, cuando tu mundo, el que te creas, es de color de rosas. Piensas que todos los que te rodean son buenos y sus actos de son buena fe y que sus errores lo hacen sin quererlo. Lo único que quieres es jugar, ir al colegio a ver a tus compañeros y las señoritas para divertirte y nada te preocupa. O lo que te preocupaba en ese momento con el tiempo te das cuenta que cuando creces los problemas son mas difíciles de solucionar.

La adolescencia, seguida de la juventud y el madurar tienen sus ventajas y es una etapa que tiene sus encantos. Tener amigos de verdad, de esos que te apoyan, que te escuchan, que simplemente te acompañan a hacer los mandados, a estudiar. Y porque no pasar un rato tomando unos mates, una cerveza o fernet en su defecto. Hablar de la vida, de lo que a uno le pasa, reirse de todo y hasta olvidarse el motivo de las risas.

Cuando uno es joven se cree inmortal, piensa o quiere pensar que esta etapa de la vida va a durar para siempre. Porque en las lindas etapas y ciclos de la vida uno no quiere que se termine. Por miedo a lo nuevo, a no saber que es lo que sigue. Como afrontar ser independiente, arreglárselas solo.

Al mirarse en el espejo uno se ve los defectos, las virtudes, lo que nos gusta y lo que no de cada uno. Pero atrás de esa imagen, que es lo que primero todo el mundo ve, hay una persona que sufre, ríe, siente bronca, impotencia, amor, se tienta de uno mismo. ¿ Cuántas veces nos odiamos por las cosas que hacemos y cuántas veces mas por las que dejamos de hacer?

Muchas veces nos da miedo enfrentarnos con nosotros mismos, miedo de ver que encontramos, que vemos, que somos. Sin embargo es muy reconfortante mirar hacia adentro dejando de lado los prejuicios, lo que digan los demás, lo que diga tu familia, tus amigos, solo vos versus vos.

Fiorito Luisa

Comisión 62

EL DIPLOMATICO HOLANDES

Inevitablemente, siempre que Aachien oía el fragoroso crepitar del fuego se reavivaban en su mente los recuerdos más tristes de su juventud. Frente a él, ardía aquella habitación del cuarto piso en el hotel de Sarajevo, y al arder atizaba su pasado, la segunda guerra mundial, el hostigamiento de los nazis, los refugios, la violencia, la necedad de los hombres, su dolor…
Minutos antes, el diplomático holandés había sentido el estridente sonido de una explosión, todo bajo sus pies había temblado, su estropeado cuerpo había caído bruscamente y su habitual taza de café matutina se había despedazado. Minutos antes, había tomado sus gruesos lentes, su bastón y había corrido lentamente por el pasillo hasta el lugar del episodio. Ahora estaba allí, presenciando una escena que le parecía inefable a pesar de serle familiar. Era un hombre que a sus sesenta y ocho años y sabiéndolo todo sobre los horrores de la guerra por su inolvidable ayer, aún quedaba paralizado de estupor ante este tipo de situaciones.
Desde el umbral de la puerta, Aachien pudo divisar a un sujeto que yacía inerte en medio de las llamas que envolvían la habitación y que consumían las paredes con gran voracidad. Fue testigo también del calor abrasador, de la sangre derramada, de las esquirlas incrustadas en los muros, de la maleta sin deshacer sobre la cama y de unos manuscritos apilados en un rincón que imploraban no ser incinerados. De repente, dos muchachos muy exaltados llegaron al lugar, el sagaz viejo los identificó y supo que el que traía uniforme verde oscuro era personal de seguridad del hotel, pero el otro que lo había empujado groseramente, como si estuviera molesto de verlo allí, y se abrió paso, era el conserje. No por su perspicacia esta vez, sino por su todavía buena audición, Aachien oyó el nombre de Ben Sidi Abú Al Fadaíl y comprendió que se referían al muerto. Sólo quedaba saber si éste era víctima o victimario y así reportar a la ONU del nuevo ataque en manos de o en contra
de los musulmanes. Fuera como fuera, su deber era informar sobre la situación y mediar en el conflicto civil que azotaba a la ciudad. Con la gran autoridad que a su entender merecía, exhortó al joven conserje a que le proporcionara información sobre lo ocurrido, pero éste, tomándolo fuertemente del brazo lo apartó del lugar y con una mirada amenazante lo obligó a callarse. No había dudas de que aquel despreciable sujeto era cómplice, de que no era un simple empleado. El diplomático comprendió entonces que estaba en medio del fuego cruzado.
A la semana siguiente, la OTAN inició su intervención armada. Según lo anunciado, la medida tomada se debía al recrudecimiento de la guerra civil entre serbios-croatas y musulmanes y había sido determinante para la decisión el cruel asesinato del funcionario holandés testigo de un ataque musulmán.
CARRETTO, Elina

            Mariano no podía creer lo que le estaba pasando. Había ganado, su felicidad era tal que se quedó callado varios segundos sin contestar ninguna de las preguntas que Jaime Racondo, el reconocido periodista de radio, formulaba durante ese lapso de tiempo.

          -Mariano ¿estas ahí? Creo que se cortó la comunicación.

          –  acá estoy, acá estoy- contestó el flamante ganador con su voz entrecortada.

          – ¿Estas contento? Les cuento para el que recién prende la radio que Mariano acaba de participar en el programa y se acaba de ganar ¡un viaje al mundial! Contame: Mariano ¿que sentís en este momento?

          – No lo puedo creer, gracias a todos, no lo puedo creer, estoy muy contento.

          – Bueno, Mariano, felicitaciones, no cortes que los chicos de la producción te van a contar cómo es el viaje.

         – Dale, gracias a todos, un abrazo.

          Luego de participar en el programa radial, Mariano vivió los días restantes al viaje con muchas ansias, casi sin poder dormir, hasta que el tan esperado día llegó. Mariano fue hacia el aeropuerto, con su pasaje de avión en el bolsillo, y todas las entradas para ver los 64 partidos en vivo. Sudáfrica estaba muy cerca, ya lo palpitaba en su joven mente.

         Durante el vuelo hacia el país africano tuvo problemas con una persona, alguien que parecía ser de Sudáfrica, por su acento y su tez negra. Mariano lo había insultado porque esta persona estaba sentada en su lugar y no quería moverse, hasta que llegó la azafata y solucionó el problema, pero las miradas y los insultos se prolongaron tediosamente en todo el recorrido hasta el aeropuerto de Johannesburgo.

        Luego del Check-in, Mariano se trasladó hacia el hotel, se bañó y tomo una siesta, ya que tenía pensado recorrer los bares por la noche.

        Como tenía previsto, luego de cenar, el hincha argentino se dirigió al centro de Johannesburgo para conocer su vida nocturna y encontrarse con otros hinchas de diversos países Comenzó a caminar en dirección al centro luego de preguntarle al recepcionista de su hotel que, amablemente, le había explicado con señas y un mapa hacia donde dirigirse para pasar una buena noche. Luego de caminar alrededor de cinco cuadras, un suceso inesperado transformó su vida. De un gran Jeep bajaron 3 guardias, armados con grandes rifles, lo apuntaron, lo tiraron al suelo, lo esposaron y llevaron hacia una comisaría, donde lo encerraron sin decir siquiera una palabra.

        Mariano no entendía absolutamente nada de lo que le estaba pasando, estaba muy asustado, y temía por su vida. Pasó toda la noche en el calabozo, que era un lugar tan asqueroso y sucio, que sería imposible describirlo con palabras.

        Al otro día, se acercó una persona, un traductor que hablaba castellano. Le explicó que muy cerca de donde se encontraba caminando el día anterior habían matado a un turista, y, la descripción del asesino encajaba perfectamente con sus atributos físicos, así que iba a tener que esperar un veredicto, como principal sospechoso de la causa.

       Aunque mariano suplicó para que lo dejen ir, y contó mil veces cómo habían sido las cosas, estas fueron en vano, permaneció tres días encerrado, casi sin comer ni beber nada.

     El mundial había comenzado y Mariano se había perdido el primer partido, pero eso ya no le interesaba, lo único que quería era salir de allí.

     Esa misma noche, el traductor se acercó de nuevo, le pidió disculpas, y dijo que ya habían encontrado al verdadero asesino, que había sido un malentendido y que saldría inmediatamente en libertad. Luego de las disculpas formales que el comisario en persona quería ofrecerle.

     Cinco minutos mas tarde, se acercó entre las sombras alguien que parecía ser el comisario del lugar, Mariano lo miró: -Esa cara se me hace familiar. Pensó. Y estaba en lo correcto, el tan reconocido comisario no era más que la persona con quien se había peleado en el avión, se acercó con una gran sonrisa y con ese tono tan extraño para hablar español, le dijo:

     -Nunca más en tu vida vas a salir de este lugar- Y lentamente se alejó.

         -Señor. ¡Señor! Llegamos a Sudáfrica- le dijo una bella azafata mientras lo zamarreaba lentamente.

     Mariano se despertó  de un sobresalto. Solo había sido un sueño, gracias a Dios.

  Se dispuso a bajar del avión, cuando el dueño de sus pesadillas se acercó hacia el, con una gran sonrisa en la cara, tal cual se lo había imaginado momentos atrás en su retorcido sueño. Con esa voz tan característica para hablar español, le dijo pausadamente al oído.

     -Tenga cuidado con lo que hace esta noche, no vaya a ser que quede en mis manos- esbozó una gran carcajada, y bajo del avión.

Eran malos tiempos en los toldos para los mapuches. Tiempos marcados por despojos, epidemias y hambruna. Se defendían y conseguían abastecerse como podían. Eventualmente organizaban malones sorprendiendo, con sus largas lanzas y boleadoras, a todo aquel grupo que poseía lo que ellos ya no tenían: ganado y provisiones. Pero un día fue distinto. El malón que llevaron a cabo no sólo los proveyó de varias cabezas de ganado, sino que también habían capturado a un niño blanco de enormes ojos celestes que tenía alrededor de tres o cuatro años. Habían pensado en sacrificarlo como ofrenda en su celebración ritual para evitar calamidades, pero lo cierto es que la belleza e inocencia de este niño, así como su delicadeza y buenos modales, habían logrado domar la voluntad de las mujeres mapuches, quienes lo llevaban a dormir a sus rucas y comenzaban a tratarlo como a uno de sus hijos, lo que logró frustrar el objetivo inicial.

Lo criaron bajo sus costumbres y cultura; le enseñaron su lengua, a fabricar y defenderse con sus armas y rendirle culto a sus antepasados y a los espíritus de la naturaleza. Al cabo de unos años, aquel niño era un joven al que sólo le perduraba la blancura de su tez, porque se había convertido en todo un mapuche respetado por la tribu. Una mañana vinieron por él. Un grupo de soldados blancos escoltaba a una pareja de ojos tan claros y penetrantes como los de aquel indio blanco. La pareja lloró al verlo y aunque ninguno pudo comprender lo que decían, algo en ellos inspiraba confianza, tal vez fue por eso que el indio blanco decidió seguirlos, alejándose de la toldería.

Los Mapuches pasaron varios meses sin tener noticias del muchacho de ojos celestes. Las mujeres estabas tristes y asustadas pensando en que tal vez lo habían matado, como ya habían hecho con tantos otros indios. Pero un día sus miedos se desvanecieron, un buen día el árido viento del desierto volvió a rozar las mejillas rosadas de aquel, ya, hombre blanco. Y es que quizás era predecible, a pesar de su sangre blanca, había crecido entre los indios y su corazón era mapuche; y es que tal vez era inevitable que sobreviviera lejos de lo que acostumbraba; será que para él ya era imposible desarraigarse de la Ñuke Mapu.

 María Luciana Donatelli

Comisión 63

Tan sólo permanecían allí, inmóviles, uno frente al otro, segundo a segundo escuchando la respiración jadeante y agitada del enemigo que aguarda con ansias incontenibles la llegada inminente del momento cúlmine: para uno, la muerte, para otro, la venganza.
Desde mi escondite pude ver al comandante de la expedición medio tendido en el lodazal de barro y sangre soportando apenas el peso de su cuerpo sobre su brazo derecho, comprimiendo el barro bajo sus dedos por el miedo y el odio y con su brazo izquierdo cubriendo su rostro aterrado esperando en vano que le sirviera como defensa frente al ataque del salvaje rival. Frente a él, permanecía erguida, amenazante, la ruda musculatura semidesnuda del nativo; su lacerado pie izquierdo por delante, la piel de un yaguar (posiblemente cazado días atrás) anudada a la cintura y su brazo derecho alzado sosteniendo tenazmente una filosa y puntiaguda lanza teñida de un rojo europeo. Apuntaba en dirección a ese desconocido, parecía tener la férrea convicción de aniquilar al invasor sin piedad alguna para que pagara por irrumpir en la paz de la madre naturaleza. En sus ojos, desorbitados y enrojecidos, la furia y el temor se entremezclaban, y en su rostro y pecho, había pintada una raya azul que quizás indicara su condición de guerrero o de líder, no lo sé.
Oculto tras un enorme Timbó, era espectador involuntario de esa escena dantesca, más hubiese preferido ser yo quien muriera por la lanza, no resistía tanta tensión.
De pronto, como quien agrupa a un pelotón, el indio dio un alarido muy particular y en un instante una gran cantidad de Payaguáes, que reunidos en medio de todos los muertos analizaban con extrañeza un arcabuz y un astrolabio, se formaron en semicírculo para presenciar el último acto. Luego, como una turba iracunda comenzaron a exclamar a una voz:- ¡mano!, ¡mano! (muerte en guaraní). Con resignación, el comandante volteó hacia un lado donde el agua del Río Paraguay corría mansamente, entonces, creo haberlo visto sonreír levemente, puede ser que haya recordado la travesía por el Alto Perú, la leyenda del “rey blanco”, las fronteras Incas conquistadas o las riquezas obtenidas en Sucre y Potosí que por el naufragio no llegarían hasta la corona española.
El fin llegó. Las voces se elevaban acorde al movimiento del brazo victimario, yo no tuve valor y cerré los ojos, un estallido de agudos y alborotados gritos celebraron la victoria. Se lo llevaron, arrastrándolo por los pies, al cuerpo sin vida de Alejo García, probablemente harían con él un festín, como años antes ocurrió con su compañero Juan Diaz de Solís. 

Elina Carretto /Comisión 62

La vi parada frente a la puerta, con su mochila gris al hombro, igual que el día aquel cuando me había confesado todo. Nunca creí que sería capaz de volver, después de semejante escena, de comunicarme tal noticia. Pensar que éramos tan felices, lo teníamos todo, un hogar, un auto, y pronto llegaría nuestro primer hijo. No existía la posibilidad de que algo saliera mal.

Tomábamos un café en nuestro bar de siempre, ella un capuchino sin canela acompañado de un mafin relleno, yo simplemente un cortado en jarrito. Allí me lo dijo, la gran noticia: -Estoy embarazada mi amor!-Con los ojos llenos de lágrimas. No podíamos creerlo, íbamos a ser más que dos, después de tantos tratamientos, intentos y fracasos, tantas, pero tantas lágrimas. Un buen día decidimos abandonarlo todo, pastillas, inyecciones, todo. Quién iba a decir que al fin la naturaleza actuaría.

Los meses pasaron y pasaron. Teníamos todo para nuestro futuro hijo, y en la cama ya no entrábamos los 3. Aquel día, ella empacó todas sus cosas, las de mi hijo, en su gran mochila gris.

Transcurrieron los días, las semanas, los meses y nada sabía de ellos. Todas las noches dormía pensando en que volverían. Una noche, un ruido me sobresaltó, creí que era Michael pero no, no era ella entrando por la puerta; en realidad nunca supe de donde provenía el sonido.

Su mejor amiga me visitaba seguido, traía siempre mafins rellenos y se preparaba capuchino sin canela, alga que me hacía recordar tanto a ella. Era la única visita que tenia, por eso nunca le dije nada de los mafins y esas cosas, no quería ofenderla. Un día, finalmente me explico porque ella se había ido, me marco cada detalle, cada triste momento. Entonces comprendí a Michael y me vi a mismo, con la misma expresión en el rostro como si me hubiera desdoblado. Era yo mismo el que estaba provocando eso. Nunca entendí porque su amiga lloraba tanto cuando me lo explicaba.

Ahí estaba ella, al fin, tan hermosa como siempre, quizás más, ya había sido mamá. Tristemente para mí, estaba sola, no venía acompañada del pequeño ser que juntos creamos. Teniéndola frente a frente no dudé en preguntarle a ella misma por qué me había dejado, necesitaba escucharlo de su boca. Muy angustiada me dijo:

-Aquel día te lo dije todo, no pudiste escuchar, pero es normal que esas cosas sucedan en tu situación.-

-¿Qué situación? ¿De qué me estas hablando?-

-No fuimos nosotros los que dejamos nuestro hogar, no fuimos nosotros los que te abandonamos. Vos, de un día para otro, dejaste de estar con nosotros. No estás en la realidad, existe una enfermedad que lamentablemente no te lo permite. Por eso estas acá.-

Por un momento recordé haber escuchado esas palabras y visto esas mismas lágrimas,  entonces entendí que ella siempre vino a verme, que no era su amiga, si no ella. Era tal la confusión que me invadió y la tristeza que me recorrió el alma, algo imposible de inexplicar. Me quede mudo, sin palabras. No quise preguntar nada más.

Terminaron sus estudios en la Universidad de Barcelona. Compartían dos amores, su vocación y su amor mutuo; aunque ninguno de los dos lo había admitido hasta el momento.

Cuando comenzaron a ejercer su profesión, empezaron a trabajar juntos. Sus investigaciones se basaron en Vicente D´Fonti. Un empresario Italiano, con características particulares y un ejemplar de acusaciones en su contra por trafico de drogas.

Comenzaron sus arduas investigaciones a ritmo acelerado, eran apasionados por su profesión. Sus logros eran cada vez mejores.

Los responsables del ¨Diario Madrid¨, para el cual trabajaban los periodistas, los presionaban constantemente. Del suplemento que debían preparar dependía el empleo definitivo que la empresa les daría, si todo salía como lo esperaban.

Luego se varios meses sus vidas  habían dado un vuelco bastante importante.  Francisco le había declarado su amor a Denise por lo que  habían planeado casarse al regresar de Suiza. Ya que para dar un fin definitivo a sus investigaciones debían viajar a las afueras de Suiza  donde se encontraba en ese entonces D´Fonti.

Eran las 02:00 a.m. y las turbulencias  eran cada vez más fuertes, nadie podía explicar lo que sucedía. Un impacto de luz atravesó sus mentes. Dentro de su inconsciencia, Denis comenzó a gritar y a preguntar por Francisco.

Por la suciedad de todo lo ocurrido, parecía que provenía de manos de D´Fonti.

Era una tarde de lluvia de abril. La joven comenzó a caminar sigilosa, en busca de pruebas contundentes. Su estrategia era fotografiar el lugar donde se encontraba el sucio negocio. Todo debía ser muy cuidado, ya que pronto tenía que llegar la policía para allanar ¨el búnker¨, como ellos solían decirle al sitio de estos negocios.

A medida que la joven fue ingresando  comenzó a sentir nauseas, el asco que le provocaba el lugar era imposible de definir. Temblaba y los recuerdos de Francisco abundaban en su mente. Sentía angustia y desesperación con mezcla de ansiedad. Necesitaba terminar con su trabajo para sentir que ambos iban a estar más tranquilos y Francisco descansaría en Paz.

Desde el ventanal superior de un edificio pudo tomar fotografías que reflejaban las acciones del popular empresario comprometido con la ley.

Llego la policía y tomo detenidos al grupo de traficantes en el momento de la negociación.

Denise marcho a casa definitivamente en paz y con una sensación de satisfacción de venganza.

En su atormentada y penosa mañana del domingo, esperaba que su madre la pasara a buscar para ir al velatorio de su amigo y gran amor, Francisco. Mientras buscaba ansiosa el suplemento de ¨Diario Madrid¨ que ella título: ¨Destacado empresario resulto ser serial traficante de Heroína”.

Su madre demoraba… Al cabo de un instante el diario llego a sus manos. La portada del domingo decía: ¨Dos periodistas mueren en accidente aéreo, la joven estaría embarazada¨. Observa la imagen de tapa. En la fotografía estaban ellos dos abrazados, era del día de su graduación. Sus manos dejan caer el diario al suelo y acaricia muy suavemente su panza. Fue como si un soplo horroroso ingresara por sus venas. Perdida se acerca a la ventana y ve pasar una cadena de autos negros, uno se destacaba por la abundancia de flores. En uno de ellos se encontraba su madre llorando desconsoladamente…

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