Eran las 04.00 de la madrugada cuando Valentino caminaba por las calles de Copenhague, andaba con pasos lentos mirando el suelo y su rostro reflejaba una expresión pensativa, casi preocupada.
Las luces de un bar llamaron su atención, le parecía raro ya que estaba situado en una pequeña calle oscura y con aspecto de abandono. Entró en a aquél bar sin tener la menor idea de lo que quería hacer allí, se sentó en la barra y pidió una copa con amaretto, una bebida que le gustaba ya que le recordaba a su país natal, Italia.
Sentado en el bar reflexionando, Valentino navegaba en sus pensamientos e intentaba buscar una solución a lo ocurrido horas antes, pero no lograba ordenar sus ideas todo era confuso y sus recuerdos borrosos. Todo excepto la cara de una muchacha que lograba ver de manera clara y nítida como si la tuviese en frente.

Julia era una joven nativa de Dinamarca, joven,amante de la música y el arte. Vivía con sus padres en el centro de la cuidad de Copenhague a penas a unas cuadras de la estación central de tren. Ella y Valentino se conocieron en un concierto de rock que se realizaba en un bar del centro, Julia estaba sentada en la barra del lugar tomando ron y fue Valentino quién se acerco a hablarle. Desde esa noche se hicieron buenos amigos, hablaban con frecuencia

se veían siempre que había algún concierto en la cuidad, también para sentarse por las plazas y hablar horas sobre política,filosofía y arte.

Una tarde Valentino observo algo que le resultaba extraño, Julia estaba constantemente impaciente, parecía que esperaba algo todo el tiempo, algo que nunca llegaría pero aun así lo esperaba con ansiedad. Lo que Valentino no observo, es que Julia estaba enamorada de el, sí, se había enamorado de aquel joven desgarbado,de cabello rubio y ojos tristes. La obsesión de Julia por Valentino llego a ser tan grande, que hasta por la noches soñaba con él,los sueños podían ser variados pero la sensación al despertar era siempre la misma: sentía un vacío grande en el pecho tan real que la angustia podía durar por horas.

Pasados los meses Valentino empezó a ver a Julia con otros ojos,pensó que quizás tendría una oportunidad de compartir su vida con ella. Así que una noche decidió declararle su amor. Sin muchas respuestas Julia lo besó y le confesó lo que sentía por él, Valentino no confió completamente en las palabras de Julia ya que su expresión era triste y no desbordaba de felicidad como él creía que sucedería. Esa noche pasearon, hablaron y se besaron por largos ratos, ya por la mañana Valentino acompaño a Julia hasta su casa y allí se despidieron, Julia se dirigió hacia Valentino mirándole a los ojos, y dijo suavemente » Gracias por esta noche, nunca la olvidaré» el muchacho la besó en la frente y se marcho rumbo a su casa, pensando en las palabras de aquella chica que no logro comprender.

La tarde siguiente Valentino fue a buscar a Julia a su casa, abrió la puerta el padre de la muchacha, el hombre tenía una expresión dura y el rostro pálido. En ese momento Valentino supo la verdad, Julia estaba enferma de cáncer terminal había muerto esa misma tarde. En una fracción de segundos Valentino supo comprender a que se debía la ansiedad que Julia continuamente demostraba, ella sabía que moriría y simplemente esperaba que él la quisiese.

Empapado en lagrimas Valentino se marchó y vago por la cuidad durante horas, y llego a aquél bar de la calle abandonada, donde terminó su copa de amaretto con la sensación de tener un hueco en el pecho y un dolor que casi no lo dejo ponerse de pie. sentía culpa porque no pudo ver más allá de su propio ego, más allá de si mismo, hasta que en ese instante comprendió que amaba a Julia y que a pesar de su reciente muerte tenia la satisfacción de haberla querido aunque sea por una noche.